El viaje de Varnessa Kayen Varlyngton como defensora del medio ambiente de 13 años comenzó en las bulliciosas calles de Lagos, Nigeria, donde su profunda conexión con la naturaleza se hizo evidente desde una edad temprana. Con sólo 10 años, escribió su primer libro, Amama, en el que destacaba la importancia de salvar la vida salvaje y hacer frente a la deforestación. Este temprano esfuerzo literario fue el comienzo de una pasión de por vida por la defensa del medio ambiente. A medida que Varnessa crecía, su conciencia de los problemas medioambientales se profundizaba. Se sintió conmovida por las luchas del pueblo ogoni, que se enfrentaba a la contaminación y la degradación del medio ambiente debido a los vertidos de petróleo. Testigo de la contaminación diaria y de las duras condiciones de vida en su país, se sintió inspirada para luchar por los derechos medioambientales básicos de los niños vulnerables.
Todos los días, de camino al colegio con mi familia, miraba por la ventanilla del coche y veía un mundo lleno de contaminación y niños viviendo en la miseria. Abrumada, me preguntaba: ¿estamos descuidando los derechos básicos de estos niños en lo que se refiere al medio ambiente?
Esta pasión la llevó a abogar por el cambio. Para equiparse aún más para esta misión, Varnessa se matriculó en el curso sobre cambio climático de UN CC:Learn, que amplió enormemente su comprensión del cambio climático y las políticas medioambientales, perfeccionando sus habilidades de resolución de problemas y diplomacia. Fortalecida por estos conocimientos, Varnessa emprendió acciones audaces, como el lanzamiento de su iniciativa Children4Climate, un proyecto destinado a educar a las mentes jóvenes sobre el cambio climático y la gestión medioambiental. A través de animaciones creativas e historias de ecoficción, ha llegado a más de 23.000 personas, haciendo hincapié en su creencia de que: gen alfa todavía puede hacer un cambio.
Me niego a quedarme de brazos cruzados mientras la vida y el futuro de los jóvenes corren peligro por la negligencia de quienes ostentan el poder. Canalicé mi pasión en acción, concienciando, abogando por el cambio e inspirando a otros para que se unieran a mí. Fue el impulso implacable lo que me motivó a crear un mundo mejor para las generaciones futuras.
Además, Varnessa inició TreeTrek, un esfuerzo para restaurar el verdor de la ciudad nigeriana de Port Harcourt mediante la plantación de árboles. También abogó por la educación climática en las escuelas escribiendo una carta abierta al gobierno nigeriano y organizando talleres escolares que enseñaban a los niños sobre la deforestación. Su compromiso con la narración de historias medioambientales continuó con el lanzamiento del Podcast RISECT, en el que analiza las amenazas medioambientales. Reconocida como Joven Influyente de UNICEF Nigeria, también obtuvo una beca con RippLED África, ambas insignias de honor que lleva con orgullo. Más allá de su defensa, los intereses de Varnessa se extienden a la escritura de ecoficción y a la animación, lo que le permite comunicar mensajes importantes sobre el planeta de forma creativa e impactante. Varnessa sigue siendo una ferviente defensora de los derechos de los niños en la lucha contra el cambio climático, y continúa inspirando a otros para que actúen por un futuro más sostenible.
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*Las opiniones expresadas en este reportaje son exclusivamente las del autor y no reflejan necesariamente las políticas o posiciones oficiales de las Naciones Unidas o de cualquiera de sus organizaciones afiliadas.