En noviembre de 2024, Ecuador avanzó en su compromiso con la acción climática iniciando la cocreación de su Estrategia Nacional de Acción para el Empoderamiento Climático (ENACE). Una serie de talleres participativos reunió a un conjunto diverso de voces de todo el país, subrayando la dedicación de Ecuador a la construcción de una sociedad resiliente a los impactos del cambio climático y activamente comprometida en la configuración de su futuro.
Los talleres se celebraron en Tena, Guayaquil y Quito, en representación de las regiones amazónica, costera y andina, respectivamente. Estos encuentros se complementaron con un seminario virtual y una encuesta en línea, garantizando un proceso de consulta amplio e inclusivo. En total, participaron más de 100 personas de 70 organizaciones e instituciones, que abarcaban los sectores público y privado, ONG nacionales e internacionales, el mundo académico y las comunidades indígenas. Esta diversidad de participación puso de relieve el espíritu inclusivo de la ENACE y su interés por captar las perspectivas de todos los sectores de la sociedad.
La ENACE es algo más que una estrategia; representa la ambición de Ecuador de dotar a sus ciudadanos de los conocimientos, habilidades y oportunidades para contribuir de forma significativa a la acción climática. Se basa en los pilares de la educación, la formación, la concienciación, el acceso a la información, la participación pública y la cooperación internacional, creando un marco integral que aborda tanto las causas como las consecuencias del cambio climático. De este modo, la estrategia complementa los planes nacionales de mitigación y adaptación existentes, salvando la distancia entre la política y la práctica.
Por ejemplo, el énfasis de ENACE en la educación pretende integrar los temas del cambio climático en los sistemas educativos formales e informales, dotando a las mentes jóvenes de las herramientas necesarias para construir una sociedad mejor. Sus iniciativas de formación se centran en mejorar las capacidades técnicas en sectores clave, fomentando soluciones innovadoras a los retos climáticos. Las campañas de sensibilización inspirarán cambios de comportamiento a todos los niveles, mientras que la mejora del acceso a la información garantiza que la toma de decisiones sea transparente e integradora. La participación pública, en particular de grupos históricamente marginados como los pueblos indígenas, es fundamental para la estrategia, asegurando que sus voces y conocimientos tradicionales den forma al camino a seguir. Por último, la estrategia refuerza los lazos de Ecuador con las redes internacionales, promoviendo el intercambio de ideas y recursos para abordar los retos globales compartidos.
Este esfuerzo de colaboración, liderado por el Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica (MAATE), en asociación con UNICEF y UNITAR a través de la Alianza de Aprendizaje sobre Cambio Climático de Una ONU (UN CC:Learn), sitúa a Ecuador entre los líderes regionales en empoderamiento climático. Chile, Uruguay y Argentina ya han desarrollado estrategias similares, y Ecuador está ahora a punto de unirse a sus filas, señalando un fuerte compromiso con la solidaridad regional para hacer frente a la crisis climática.
A medida que la ENACE pase de la fase de consulta a la de redacción, las ideas recogidas durante este proceso sentarán las bases de una política que no sólo refleje las diversas realidades de Ecuador, sino que también sirva de modelo para la acción climática colectiva. Al fomentar una cultura de empoderamiento y cooperación, Ecuador está dando un paso significativo hacia un futuro sostenible y equitativo para todos sus ciudadanos.